6to. día ... 12 de abril

Alfred Abel se agarra la cabeza, detrás Theodor Loos y Fritz Rasp se ponen nerviosos... ¿qué pasará en la Metrópolis? (click para ampliar, no se la pierdan!!)
-imagen gentileza Monogram Digital-

METROPOLIS (1926) de Fritz Lang
En la ciudad del Siglo XXI llamada "Metrópolis", la avanzada tecnología y el dinamismo Art Deco de la arquitectura se ve contrastado por la inmunda vida que llevan los obreros. Son ellos quienes deben mantener en funcionamiento las máquinas subterráneas que propician la vida de la ciudad a costa de ver mermada su vida a lo largo de agotadoras e ininterrumpidas jornadas de diez horas de trabajo. Freder (Gustav Frölich), el hijo del dueño de la ciudad Johan Fredersen (Alfred Abel), divaga alegre por el Jardín del Placer hasta que se ve conmovido por la injusticia social y se pliega a la gente que apoya a la activista mesiánica María (Brigitte Helm), que predica a favor del amor y la paciencia en pos de la llegada del "mediador". Pero el sabio malévolo Rotwang (Rudolf Klein-Rogge) construye un robot a imagen de la chica para sembrar la discordia entre los rebeldes. A pesar de aparentar seguir las órdenes de Fredersen, Rotwang sigue su propio plan, secuestrando a Maria, en quien cree ver a su amante fallecida (Hel, esposa de Fredersen y madre de Freder). Filme célebre y símbolo del Cine al nivel superlativo de que sus imágenes han sido imitadas por genios como René Clair, Charles Chaplin, Orson Welles e Ingmar Bergman en sus más famosos clásicos. Sin embargo, en su momento, generó opinones opuestas. Se suele citar que H.G. Wells (que sobre ciencia-ficción sabía mucho pero no era crítico de cine), bastardeó el largometraje diciendo que era una "tontería, un cliché, una prerogrullada y un bochorno". Ciertamente, la película conforma un gran pastiche donde no falta la visión del "Moloch" - idéntico al de CABIRIA (1914) de Pastrone, el concepto del "robot" (originario de las historias de Karel Capek), la visión de los obreros en catacumbas (como los antiguos cristianos), el sentido alegórico de presentar a Fredersen como el Capital (Cerebro) y al jefe de máquinas Grot (Heinrich George) como el Trabajo (las Manos), una irrupción inquisitorial con el ajusticiamiento del robot en una hoguera como si fuera una bruja medieval y hasta un desenlace que nos retrotrae al "Notre-Dame" de Victor Hugo. Para los historiadores, la película presenta una gran ambigüedad ideológica salpicada con una candorosa moraleja en que el amor termina uniendo a partes que histórica y naturalmente han sido agua y aceite. Tontería o no, el largometraje representa uno de los puntos más altos de la Historia del Cine, en su aspecto técnico y en su concepción visual de vanguardia. Pero también ejerce como divulgador de adelantos científicos, algunos delirantes, como el ascensor continuo o los aeroplanos que doblan en el aire, otros más realistas, como el radio-televisor y la idea de autómatas para reemplazar a los obreros. Y hablando de autómatas, merece resaltarse la labor de la Helm, componiendo el personaje del robot con una gesticulación y movimientos muy personales. Justamente, algunos momentos de pura Magia del filme tienen que ver con su presencia. Recordemos la secuencia de la caminata del Robot Metálico (bajo el disfraz está nuevamente la Helm) o el pequeño flashback bíblico de Babel narrado por María. El guión del matrimonio de Thea Von Harbou y Fritz Lang, representa un fuerte mensaje propagandístico en contra del comunismo y contra la masificación extrema. A la obvia referencia gramática del nombre del villano Rotwang ("rot" en alemán es "rojo") y a la simbología "judeo-masónica" de su laboratorio, se le sumó en 1928 Joseph Goebbels, futuro ministro de propaganda del Reich, que remarcó el contenido social del filme de acuerdo a la interpretación filósofica del nacionalsocialismo. Por suerte el arte es ajeno a ideologías. Estrenada en su época con una extensión jamás repuesta del todo (153 ó 148 minutos, dependiendo de la velocidad en cuadros por segundo a la que se proyecten las primigenias 17 bobinas), se ha venido restaurando y reeditando a partir de 1953 en que los derechos legales de la Paramount cesaron en los Estados Unidos. Así se conoció una versión en los años '70 con música electrónica para la BBC (a una velocidad de 18 cuadros por segundo) o la versión de 1984, musicalizada por Giorgio Moroder, con las secuencias entintadas y con temas pop de Pat Benatar, Loverboy, Bonnie Tyler, Adam Ant, Jon Anderson, Queen, etc., con solo 85 min. de duración. Luego que el copyright fuera renovado en 1998, en 2002 la Fundación Murnau y Kino (distribuidor legal en Estados Unidos) restauraron el filme a 118 minutos de duración, incluyendo la música compuesta originalmente para su estreno por Gottfried Huppertz. Las escenas presuntamente perdidas fueron indicadas con intertítulos de texto. Hasta hace poco se pensaba que esta sería la versión "más completa posible" hasta la aparición de una versión de 16 mm "encontrada" en el Museo del Cine de Buenos Aires por un "movie aficionado" (citando las noticias circuladas en su momento). La proyección del filme con estos más de 20 minutos extra dispuestos en más de 85 fragmentos a lo largo de todo el metraje, revela más detalle sobre las aventuras del obrero 11811 Giorgi (Erwin Biswanger), la persecución del "Hombre Delgado" (el amenazador Fritz Rasp) e interesantes debates entre Fredersen y Rotwang sobre Hel, que amplían las motivaciones de ambos personajes.