Reseña crítica: Poco conocida versión del folletín de Gaston Leroux, "Chéri-Bibi et Cécily" (París, 1916), llevada al máximo ribete de misterio e intriga. En planes de la ambiciosa MGM, se esperaba fuera el próximo hit de Lon Chaney pero un famoso cáncer de garganta tronchó semejante proyecto laboral y el rol - en un radical cambio de "physique du role" respecto de la fuente literaria - pasó al galán por antonomasia del estudio, John Gilbert. El realizador encargado, John S. Robertson, responsable de la exquisita versión de Stevenson animada por John Barrymore en 1920, ofrece un primer rollo pleno de ritmo y escenarios fascinantes. La máxima atracción del mundo del espectáculo es un artista del escape, el ilusionista Chéri-Bibi (John Gilbert), que actúa en el teatral "Circo de París", donde lleva a cabo una prueba al mejor estilo Harry Houdini, escapando de un tanque de agua en el que se zambulle maniatado con auténticas esposas policiales. El conflicto surge cuando Bibi, conversa con Bourrelier (C. Aubrey Smith), millonario padre de la dulce Cecile (Leila Hyams), de quien Bibi está correspondidamente enamorado. Los planes del anciano consisten en arreglar el casamiento de su hija con alguien de sangre azul, el Marqués de Touchais (Ian Keith). Para asegurarse de atraerlo, ha incluído una reciente clásula en su testamento: si el Marqués se casa con ella, automáticamente obtendrá una pensión vitalicia de su patrimonio. Bibi y Bourrelier discuten y la típica frase prorrumpida por circunstancia ("no te casarás con ella mientras yo viva") es automáticamente aprovechada por el pérfido Marques y esa misma noche, durante una fiesta, asesina al patriarca. Luego, con un falso testimonio, genera sospechas sobre Bibi y el Insp. Costaud (Lewis Stone), a cargo del caso, ordena su arresto. Siendo éste un maestro del escape y habiéndosele impuesto medidas de seguridad extrema para evitar cualquier problema, aún así logra evadirse de su celda. Durante los siguientes años, mientras Bibi se oculta en el sótano de la tienda de su amigo Herman (Jean Hersholt), la chica se casa con el Marqués. Tiempo después el Marqués está convalesciente en el lecho de muerte y el aún fugitivo Bibi se introduce en su habitación y le obliga a confesar su crimen. ¿Cómo podrá probar su inocencia el protagonista una vez que el pérfido Marqués fallezca sin dejar ningún tipo de confesión escrita? La respuesta, brindada por un amigo de Herman, el eminente Dr. Gorin (Alfred Hickman) - y tal vez por este motivo incluído en la trama - se adelanta décadas al film FACE/OFF (Contracara-1997) de John Woo: una especie de transplante de tejidos faciales - no muy explicitado en el film, claro está, pero sus consecuencias son reveladores. Tras seis meses de supuesta convalescencia, Bibi difunde la noticia de su propia muerte y la recuperación total de la salud del Marqués. Y quien aparece es Bibi caracterizado del Marqués; es digno recordar que en el film de John Woo, los personajes de John Travolta y Nicolas Cage cambiaban identidades debido a un mútuo transplante de cara. Pero el resultado quebraba la lógica científica, debido a que el concepto de transplante de cara no puede implicar el transplante de los huesos que prefiguran pómulos, frente, mentón... Y rostros más discímiles en cuanto a conformación ósea como los de Travolta y Cage no podrían transplantarse rostros sin quedar desfigurados (*). Tal vez previendo esta cuestión de simple lógica, el encargado de cásting de MGM tuvo el buen tino de percatarse del parecido físico entre Ian Keith y Gilbert (a pesar que la abultada nariz de Gilbert no encajaba con la aguileña de Keith). El último rollo, con el esclarecimiento del misterio por parte de la policía y el triunfo del bien, incluye diálogos ingeniosos y un desenlace sorpresivo. Aún así, el trámite sufre un desequilibrio: la exposición detallada de la fuga de prisión de Bibi, más o menos a la media hora de metraje, impone un auge narrativo cuya intensidad se desacelera con el último tramo, en que no solo la forma en que Bibi hurta el cadáver del Marqués queda en la nebulosa sino también la famosa intervención quirúrgica.
*: Para un ejemplo acertado y lógico de injerto de tejido facial que incluye la complexión ósea del recipiente, recuerden el desenlace de MADHOUSE (Casa de Locos / Mansión Sangrienta-1974). [Cinefania.com]
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