La primera página de Internet con sabor a frutos del bosque: por favor, lama aquí
* * * * * * * * * CINE BRAILLE * * * * * * * * *
* * * * * Tres o cuatro mamarrachos con los que yo estoy mejor * * * * *

* * * * * * * * * * LAS RECOMENDADAS DEL UNIVERSO CINE BRAILLE * * * * * ** * * *
VENUS: CIELOS E INFIERNOS (Diciembre de 2023)
THE CLASH: COMBATIENDO LA LEY
(Diciembre de 2010)
HOLLYWOOD FENICIA (Diciembre de 2003)
EL CUMPLEAÑOS (Diciembre de 2015)
* * * * * * * * * * * * PERO ¿QUIÉNES SOMOS LOS QUE HACEMOS CINE BRAILLE? * * * * * * * * * * * *

Más comentarios de discos aquí.

DISCO BRAILLE - FEBRERO 2008

EL MAMUT
Massacre - PopArt 2007

Cansados de ocupar durante más de una década un casillero (el de banda de culto) que da mucho prestigio pero no llega a más gente que los centenares de siempre ni sirve para pagar el supermercado, los Massacre se decidieron a intentar el salto a la masividad. Para ello tuvieron la inteligencia de, en primer lugar, recurrir a un productor que reúne tanto sentido de lo popular como buen gusto (Juanchi Baleirón de Los Pericos) y, en segundo lugar, de no traicionarse: no sacrificaron ni la densidad, ni la ironía, ni el acercamiento oblicuo a la canción. El resultado es, más allá de algunas letras al borde de la endeblez, un muy buen disco pop, a años luz de cualquier facilismo melódico, con temas tan oscuros como "Clavos y globos", o delirantes como "La reina de Marte", o directamente redondos como "La octava maravilla". ¡Hasta hay lugar para un cover de Rod Stewart ("Maggie May")! Bien por los antiguos Massacre Palestina, recibidos con los brazos abiertos por un 2007 ansioso por encontrar algo que trascienda los tres o cuatro acordes y la imaginería barrial que impregna, desde hace ya demasiado, a buena parte del rock argentino.

DISCO BRAILLE - ENERO 2008

ZOOROPA
U2 - Island 1993
¿Quién hubiera pensado, en el verano boreal de 1978, que unos adolescentes de la Mount Temple School de Dublín tomarían el mundo por asalto una década después? Aún a principios de 1980, Bono, The Edge, Larry Mullen Jr. y Adam Clayton eran el grupo soporte de los Talking Heads en el tramo británico de su gira europea, y todavía faltaban unos meses para que el sello Island les permitiera grabar su disco debut. Sólo tres años después, les llegaba el equivalente rockero de beatificación vaticana: eran consagrados la banda del año para la Rolling Stone.
A mitad de los '80, los U2 se habían convertido en la conciencia política del rock. En "Sunday, bloody Sunday" se habían referido a la crisis de Irlanda del Norte; en "New Year's Day" habían
expresado su apoyo al movimiento sindical polaco Solidaridad. Llamaron a su cuarto disco en estudio "The unforgettable fire" (el fuego inolvidable), título de una exposición de pinturas de sobrevivientes del bombardeo atómico de Hiroshima. El mejor tema de ese disco, "Pride (In the name of love)" era una evocación del líder pacifista negro Martin Luther King. Participaron en Live Aid (un recital a beneficio de las víctimas del hambre en Etiopía) y en la gira A Conspiracy of Hope, apoyando a Amnistía Internacional.
En 1987 se editó "The Joshua Tree", su mejor disco hasta ese entonces, y el que los lanzó definitivamente al estrellato. El disco fue Número Uno en ventas en las Islas Británicas, Estados Unidos y veinte países más, y la gira de presentación mereció una tapa de la revista Time. Su carácter de santos laicos y rockeros fue reafirmado por temas como One tree hill (dedicado a los mineros víctimas del desempleo), "Mothers of the disappeared" (a los familiares de los desaparecidos de las dictaduras del Cono Sur de América) y "Bullet the blue sky" (a los "beneficiarios" de las acciones criminales de la CIA en América Central). Luego vino "Rattle & Hum" (1988)... y entonces los eventos cataclísmicos de 1989 y 1990. Cayó el Muro de Berlín, la Alemania rica absorbió a su hermana pobre, la Guerra del Golfo dejó claro quién mandaba en el mundo ¡y a consumir, consumir, consumir, que ha llegado El Fin de la Historia !
"Achtung baby" (1991) empezaba con "Zoo Station". Las radiantes y cristalinas guitarras de antaño habían dejado paso a sonidos procesados, ruidos blancos, bombos de batería que sonaban como si se aporreara una llanta oxidada. Un tema se llamaba "Incluso mejor que la realidad", parodiando el eslogan de la Coca-Cola. Pero esto era sólo el principio: el nuevo U2 terminó de definirse en la subsiguiente gira "ZooTV". El mesianismo pacifista de los '80 dio paso a una autoparódica estrella de rock, The Fly ("la mosca", recordando el aspecto de los anteojos, y a su vez "la bragueta", nombre del todo adecuado para una rock star). Los monitores, en las actuaciones en vivo, disparaban fragmentos de avisos comerciales o de noticieros, episodios de "Starsky y Hutch" mezclados con segundos de estática y epigramas como "Todo lo que sabés está equivocado": detritos mediáticos de una sociedad posindustrial, banda de sonido de la ciencia ficción de autores como William Burroughs o William Gibson.
Y entre gira y gira, los U2 recurrieron otra vez al productor y casi quinto U2, Brian Eno, y a los estudios de grabación de Berlín, ciudad que para el mundo del rock es algo así como el ayuno de Jesús en el desierto: el lugar en el cual se juntan fuerzas para empezar de nuevo (como lo demuestran los ejemplos de Lou Reed, Iggy Pop y David Bowie). "Zooropa" (editado en julio de 1993) era un paso más en la dirección marcada en el disco anterior: tenía un aire más funky en los riffs, así como capas de sonido evocadoras del hip-hop, el ambient y el rock industrial, aportación alemana al mundo de la música desde los tiempos de Kraftwerk o Einstürzende Neubauten. Originalmente iba a ser un EP, pero las cosas marcharon muy bien y terminó siendo un LP de 10 temas, grabado en Dublín en tiempo récord para la banda: 6 semanas entre marzo y mayo de 1993.
No se llegó a completar a tiempo para la edición del disco un superhit que, dos años después, engalanaría un nuevo episodio ("Batman Forever") de la saga cinematográfica de Batman: el glorioso y desenfrenado huracán rockero de "Hold me, thrill me, kiss me, kill me". También se habían trabajado dos canciones que sólo serian editadas para la época de "Pop", en 1997: "Wake up, dead man" y la sensual "If you wear that velvet dress".
La letra del primer tema,
"Zooropa", armada a partir de eslóganes publicitarios de Audi o Toshiba, o incluso un aviso de reclutamiento del Ejército de Estados Unidos, era un directo ataque al consumismo que caracterizaría a la época. Seguían la bellísima "Babyface" (una de las canciones más injustamente relegadas de toda la carrera de U2), el tecno-rap algo obvio (y hoy falto de toda gracia) de "Numb", la festiva "Lemon" (que luego ocuparía un lugar importante en el "PopMart Tour"), "Daddy's gonna pay for your crashed car", "Some days are better than others" (tema bastante avant-garde), el cierre de "The wanderer", con el legendario Johnny Cash en la voz. Y estaba "Stay".
La quinta y mejor pista del disco, "Stay (faraway, so close!)" nació como el tema principal de la película "Tan lejos, tan cerca" (precisamente "Faraway, so close" en inglés), del director alemán Wim Wenders, continuación menor de "Las alas del deseo". (En la banda de sonido también están "Berlin" de Lou Reed y "The wanderer"). El primer filme contaba la historia de dos ángeles que, protegidos por su invisibilidad, observan a los humanos en una Berlín aún dividida por el Muro, unos pocos años antes de su caída. Uno de ellos se enamora de una mujer, una suicida a la que le salva la vida, y renuncia a su inmortalidad por ella. La segunda parte sucede unos pocos años después, en una ciudad reunificada pero donde las heridas de la división distan de haber cicatrizado, y cuenta con un cameo de nada menos que Mijail Gorbachov, algo así como el Luis XVI del extinto régimen soviético. Visto este sumario detalle de los argumentos de las películas, la letra de "Stay..". se hace bastante cristalina.
La versión de la canción que figura en "Zooropa" es diferente a la de "Tan lejos, tan cerca": más breve, con algunas líneas menos, y la mezcla es distinta. Sin embargo, la mejor versión de este tema que yo haya escuchado no es ninguna de esas dos, sino la que hacen Bono y The Edge, a dos voces y dos guitarras acústicas, que quedara reflejada en los DVDs correspondiente al "Elevation Tour" de 2001.
"Stay."
fue corte de difusión, y el lado B del simple contenía "I've got you under my skin", un dueto de Bono con Frank Sinatra que revela lo difícil que era cantar a dúo con La Voz. En todo caso, al menos Bono se animó... 

THE RISE AND FALL OF ZIGGY STARDUST & THE SPIDERS FROM MARS
David Bowie - RCA / Virgin / Rykodisc 1972
David Bowie siempre fue mucho más que un mero músico de rock. (De hecho, el rock siempre fue más una actitud que un estilo musical). Bowie es actor, mimo, artista plástico, mecenas... y también es músico. Y esa amplitud de miras siempre se reflejó en una idea de su arte que va mucho más allá de grabar un disco y salir de gira a tocar sus canciones. Para Bowie, la música es parte de un todo que incluye también el arte de tapa, el vestuario y los decorados de las presentaciones en vivo, los videos... Para el Bowie de los años '70, esa totalidad era expresión de un concepto. Y como esos actores que para interpretar a un asesino necesitan conocer asesinos reales, el bueno de David necesitaba que cada nuevo concepto se hiciera carne en él: ser el concepto.
Alrededor de 1972-1974, se produjo el auge del glam-rock (glam por glamour). Artistas como el Lou Reed de la época de "Transformer" y su himno travestido "Walking on the wild side", o el Marc Bolan de T-Rex, o el Freddy Mercury de Queen, recuperaron para el rock la facultad de escandalizar al ciudadano medio. La forma de hacerlo fue apelar a una imagen casi hermafrodita, pansexual: digo pansexual porque la actitud era desafiar la rigidez de las definiciones de los géneros, más que autoencasillarse en etiquetas como heterosexualidad u homosexualidad o bisexualidad (1).
Bowie y su banda ya habían tocado algunas de las nuevas canciones durante la gira de presentación del disco previo, otra maravilla de los años '70 llamada "Hunky Dory". Fue durante esa gira que se le ocurrió el concepto o idea fuerza: una banda marciana de rock and roll, liderada por un glamoroso bisexual con delirios mesiánicos, una mezcla del propio Bowie con algo de Jimi Hendrix y Marc Bolan, entre otros. La idea de contar el ascenso y la caída del ídolo, víctima de sus propios excesos, se inspiró en la carrera de Vince Taylor, un oscuro cantante norteamericano al que Bowie había conocido en las calles de Londres unos años atrás.
El disco se llamaría "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars" (El Ascenso y la Caída de Ziggy Polvo De Estrellas y las Arañas de Marte). Ziggy porque fue uno de los pocos nombres que Bowie pudo encontrar que comenzaran con zeta, y Stardust, por un homenaje a un rockero de Texas, Legendary Stardust Cowboy, de quien Bowie tomaría "I took a trip on a Gemini spaceship" para su alabado disco "Heathen", de 2002.
"The rise..." se comenzó a grabar en los estudios Trident de Londres en setiembre de 1971, y se terminó a mediados de enero de 1972. The Spiders from Mars eran los integrantes de la banda que acompañaba a Bowie desde hacía unos años: el guitarrista y arreglador Mick Ronson, el bajista Trevor Bolder y el baterista Mick Woodmansey, tres músicos que se conocían de adolescentes, cuando habían formado un grupo de blues en la ciudad inglesa de Hull, llamado The Rats. El productor e ingeniero de grabación fue también un viejo conocido de Bowie, Ken Scott.
Había varios hits entre los once temas del disco ("Starman", "Suffragete City", el furioso rockito "Star", "Lady Stardust") pero el tema que mejor representa a la placa, tanto lírica como musicalmente, es "Ziggy Stardust". El cuarto tema del lado B presenta al personaje a los perplejos oyentes: un guitarrista y cantante zurdo que "se hizo un desastre en los ojos / pero el pelo le quedó bien / como algunos gatos de Japón", que "le hacía el amor a su ego" y que termina asesinado por sus propios compañeros. Todo esto sobre una melodía llena de ganchos y unos inolvidables garabatos de Les Paul que Ronson, un admirador de Jeff Beck, amplifica a través de un Marshall de 100 watts al mango.
En la reedición de 1990 como CD, además de unos demos, se incorporaron dos muy buenos temas que habían sido editados solamente en simples: "John, I'm only dancing" y "Velvet Goldmine".
"Ziggy." era el quinto disco de Bowie, y fue el que dividió su carrera en un antes y un después, convirtiéndolo en una referencia mundial. Fue unánimemente reverenciado y tuvo una enorme influencia en el futuro del rock (Bauhaus y Marilyn Manson, los dos ejemplos más obvios): Bowie fue uno de los pocos artistas que los punks respetaron cuando aparecieron como un rayo sobre la escena inglesa, durante 1976-77. Las giras fueron un éxito, además de una sucesión de escándalos que alimentarían la leyenda. (En 1999, la película "Velvet Goldmine", de Todd Hayes, retrataría perfectamente el desenfreno y la sensación de estar en el pico de la creatividad que acompañaron a esa gira).
Tras "Ziggy." vendría otro gran disco, "Aladdin Sane" (al que el Duque Blanco describiría como "Ziggy después de conocer América") y una loca serie de actuaciones en vivo que terminaría en el Hammersmith Odeon de Londres, la noche del martes 3 de julio de 1973, cuando Ziggy anunciara, antes de interpretar "Rock 'n' Roll Suicide", que éste era su "último show". (En su momento se entendió - erróneamente - que era el "último show" de Bowie). El recital fue filmado por D. A. Pennebaker (el director de "Don't look back" y "Monterey Pop", entre otros filmes) y se consigue en DVD ("Ziggy Stardust and the Spiders from Mars: The Motion Picture").

(1) Una digresión: no sorprende que al glam le haya costado ser entendido en el Río de la Plata, más allá de que se hayan conocido los discos. Si aún para la mentalidad de esta época no sería así de fácil tolerar a un grupo así, imagínense lo que hubiera sucedido con un clon sudaca de Ziggy Stardust en el Montevideo o el Buenos Aires de entonces, poco menos que ocupados militarmente por sus propios ejércitos. Lo más cercano al glam que hubo en esa época fue un recital de Pescado Rabioso, esa maravillosa perversión spinettiana del rock a la Led Zeppelin, en el que quien entonces era el bajista del grupo, David Lebón, apareció en escena con los labios pintados, con zuecos y vestido de mujer. Esa noche se gastó la palabra puto, de tanto gritarla.

DISCO BRAILLE - DICIEMBRE 2007

PORCO REX
Indio Solari - DBN 2007
Si yo afirmara que no sé hasta qué punto es legítimo evaluar a una obra artística por factores ajenos a la misma, es probable que el lector asienta negligentemente y espere que la oración siguiente aclare de qué demonios estoy hablando. Si yo afirmara que valoramos algunas obras por un carácter innovador que tuvieron hace veinte años o treinta años y hoy es imperceptible, o por haber impugnado un estado de cosas que a otros puede parecer digno de alabanza, o por ser lo mejor que han producido los habitantes de un determinado espacio geográfico, volverá a asentir y se preguntará si no es mejor pasar a la crítica siguiente. Y si yo afirmara que la segunda oración ejemplifica aquello que la primera objeta. Calma, calma. Todo lo que quiero decir es que el gran problema de "Porco Rex" es que es difícil escaparle al acto reflejo de medirlo con la vara de "Oktubre" o "Luzbelito".
Porque al Indio se lo puede calificar de intérprete sin que con ello se demuestre un total desconocimiento de qué significa interpretar una canción, que es mucho más que cantar la letra siguiendo la melodía. Porque los músicos de su banda son impecables. Porque la destreza epigramática del Indio le permite acuñar versos como "Dios no está en los detalles de hoy", o "Un ángel inútil flechó y nos erró". Porque hay canciones como "Ramas desnudas", o baladas como "Te estás quedando sin balas de plata", o rockitos como el que da nombre a la placa, o reflexiones sobre el amor y la mortalidad como "Y mientras tanto el sol se muere", o estribillos gancheros como el de "Flight 956", pero. Algo pasa con "Porco Rex" para que a unos cuantos nos haya pasado que tengamos que escucharlo tres o cuatro veces para que nos empiece a gustar. ¿Será un brillo melódico menor que el acostumbrado? ¿Será una producción de una pulcritud excesiva? ¿Será la expectativa que generaron los tres años pasados sin un disco del Indio? ¿Será que de alguien a quien miles siguen casi como a un mesías nunca se aguarda menos que una profecía o una revelación? ¿Se puede terminar un comentario de un disco con un "no sé"?

CHROME DREAMS II
Neil Young - Reprise 2007
Éste nuevo álbum del viejo Neil ni es tan nuevo ni es el segundo con el mismo nombre. No es tan nuevo porque hay tres grabaciones que tienen al menos veinte años (!) ni es el segundo "Chrome Dreams" porque el primero se grabó en 1977 pero, extrañamente, nunca se editó, pese a que contenía excelentes canciones como "Powderfinger", "Like a Hurricane" o "Pocahontas", luego incluidas en ese gran disco que sigue siendo "Rust Never Sleeps" (1979).
El disco fluye sin mayores problemas de los pasajes soul de la extensa, rapsódica y un poco demagógica "Ordinary People" a una balada tan tradicional como "Shining Light", y del folk de "Beautiful Bluebird" al rock podrido de "No Hidden Path" o "Dirty Old Man", y hasta un vals con coro de niños como "The Way", temas que, en todos los casos, llevan el inconfundible sello de la voz, la guitarra y el estilo de composición de Young.
Al que espera una nueva "Southern Man", o una nueva "Helpless", o una nueva "Broken Arrow", le anticipo que no va a encontrar eso, sino un por demás digno trabajo de un rocker de verdad. Visto lo mal que envejecen unas cuantas estrellas, visto lo viejos que resultan unos cuantos veinteañeros de éxito, para nada me parece poca cosa. ¿Cómo no mantenerle el crédito abierto por toda la eternidad a semejante leyenda?

DISCO BRAILLE - NOVIEMBRE 2007

MAR DULCE
Bajofondo - Surco / Vibra / Universal 2007
Cuando en 2002 apareciera el primer disco de los entonces Bajofondo Tango Club, muchas críticas denostaron el maridaje de tango y electrónica, defendiendo por contraposición las supuestas virtudes de la "pureza" de los géneros artísticos: el que hoy esa discusión suene tan superada como la exaltación de la virginidad prenupcial es una buena noticia. (No lo es tanto la cantidad de aventureros que se lanzaron a clonar aquel trabajo y el de Luciano Supervielle, o los de Gotan Project, y que han dado nacimiento al tan mediático "electrotango ladri".).
Sin llegar a ser un paso en falso, "Mar Dulce" no representa un progreso con respecto a "Bajofondo.", y una de las razones es, me parece, lo contrario de ese (mal) criticado mestizaje: es un enfoque de producción que sacrifica la tensión entre la esquina de Maroñas o Barracas y la pista de baile europea o el after-office neoyorquino, en beneficio de un sonido globalizado, internacional, a veces demasiado de freeshop. "Slippery sidewalks" sirve de excusa para incluir a Nelly Furtado en el festival de feats de la contratapa; "Chiquilines" es la última grabación de Lágrima Ríos, y "Zitarrosa" quiere ajustar cuentas con aquel grande del folklore oriental, pero ambos temas pierden consistencia con el clisé de los sampleos; "El andén" es el hip-hop andaluz de Mala Rodríguez con apenas una leve pátina rioplatense...
Entre los puntos altos está la delicada "Fairly right", con Elvis Costello en la voz, haciendo olvidar que originalmente estaba destinada al lucimiento de Morrissey. (Si es por invitar a estrellas anglosajonas, tengo tres cantantes que me encantaría escuchar con los Bajofondo: Bryan Ferry, Tom Waits y Nick Cave). "El mareo" parece escrita por y para la calma elegancia de Gustavo Cerati, así como el Bersuit Juan Subirá se luce en un notable "Hoy", interpretado a pura emoción. Y "Cristal", la candombera "Tuve sol" y la compadrona "No pregunto cuántos son" también aportan lo suyo.

DISCO BRAILLE - SETIEMBRE 2007

El noveno mes del año vino con más discos que comentar. Hace pocos días arrancamos con "Civilización", el nuevo álbum de Los Piojos. Luego fue el turno del disco del dúo Aznar / Lebón y de "The Good, The Bad & The Queen", de la banda homónima de estos chicos Albarn y Simonon. Y ahora le toca a "La lengua popular", de Andrés Calamaro. Si gusta, es su casa.

LA LENGUA POPULAR
Andrés Calamaro Warner 2007
Diez años después de "Alta Suciedad", Andrés Calamaro vuelve a hacer un disco de época: con la producción de otro Abuelo, Cachorro López, "La lengua popular" presenta doce temas nacidos para dejar huella. Hay cumbias - reggae como "Comedor piquetero" o"La espuma de las orillas"; hay rumbas como la bella "Cinco minutos más / Minibar"; hay rockitos rodriguescos con destino de hit como "Los chicos" (una melodía bien tribunera dedicada "a mis amigos que se fueron primero") o "Sexy & barrigón" (donde Andrés, muy lejos de sus días de Salmón, se ve hoy como una "combinación de Homero Simpson con Rolling Stone"); hay canciones rockeras ("Mi gin tonic", la acelerada "La mitad del amor", "Mi Cobain / Superjoint") y hasta un aire de ranchera mexicana ("De orgullo y de miedo"). Hasta acá, sería un muy buen disco. Pero aún hay más.
Hay dos inspiradísimas canciones de amor, en la senda de páginas como "Pasemos a otro tema", o "Paloma", o las que vos quieras agregar: la rumba midtempo "Cada una de tus cosas" y "Soy tuyo", una abolerada oda al sexo con amor que será la banda de sonido de muchas historias que comiencen estos días. Y está una de las mejores canciones que Calamaro haya escrito nunca, "Carnaval de Brasil", un midtempo autorreflexivo que se pregunta qué son (o no son) las musas ("no son / martes de carnaval de Brasil / tristeza nâo tem fim"). ¿Cuántos mejor que él para hablar de las musas con conocimiento de causa?
El arte de tapa, obra del querible Liniers, además de ser una razón adicional para comprarse el disco en vez de piratearlo, termina de definir lo que es un clásico instantáneo. Será cuestión de disfrutarlo, nomás.

AZNAR / LEBÓN
Pedro Aznar y David Lebón - EMI Odeón 2007
Un disco con dos ex Serú Girán tocando juntos en vivo podría haber sido otro más de esos ejercicios comerciales de la nostalgia que (últimamente con demasiada frecuencia) se perpetran en nombre del rock, pero por suerte no es el caso. Primero, porque en "Aznar / Lebón" hay pocos temas de la legendaria banda que ambos compartieran con Charly García y el fallecido Oscar Moro, y de ellos, la mayoría son del no muy logrado "Serú '92", elección tal vez discutible pero claramente exenta de demagogia. Segundo, porque Pedro Aznar canta maravillosamente, toca a la perfección el piano y brilla tanto con la guitarra (acústica, eléctrica, slide) como con el bajo (acústico, eléctrico, fretless), y en las actuaciones que se registran en este disco doble pudo lucirse a sus anchas, merced a que ambos cantantes y multiinstrumentistas se hicieron acompañar solamente por Andrés Beewsaert en piano, teclados y coros, y en un par de temas, por bases grabadas. Y tercero, porque la voz de Lebón habrá perdido agudos pero no la capacidad de emocionar, en especial cuando interpreta esos inoxidables clásicos solistas que terminan siendo de lo mejor del disco: hablo de las bellísimas versiones de "Casas de arañas", "Dos edificios dorados", "María Navidad" o "El tiempo es veloz".
De la cosecha de Aznar se destacan especialmente "Ya no hay forma de pedir perdón" (versión en español de "Sorry seems to be the hardest word" de Elton John), "Amor de juventud" y "Fotos de Tokio". Y del repertorio de Serú Girán... sí, está "Seminare", pero también esa joya conmovedora que sigue siendo "Noche de perros" y "A cada hombre, a cada mujer", tal vez la mejor canción que Pedro Aznar haya escrito nunca, y el único tema de "Serú '92" que está a la altura de la historia de la banda.

THE GOOD THE BAD AND THE QUEEN
The Good The Bad and The Queen - Parlophone 2007
Ese gran disco que sigue siendo "Parklife", de Blur, retrataba un lugar y una época: el Londres de 1993-94, el del britpop y las esperanzas despertadas por la "tercera vía" de Tony Blair. Más de una década después, el líder de la (¿desaparecida?) banda inglesa, Damon Albarn, emprende un desafío similar, pero la pintura resultante no podría ser más diferente. Para empezar, la banda que lo acompaña ahora es un supergrupo integrado por leyendas como el bajista Paul Simonon (The Clash) o el baterista nigeriano Tony Allen (Fela Kuti), además del guitarrista Simon Tong (The Verve) y Danger Mouse, productor de otro proyecto de Albarn, Gorillaz. De los brillos del britpop hoy sólo queda el recuerdo: Oasis es una sombra, Pulp se disolvió y Blur hace honor a su nombre ("borrón"). Y todo lo que era poptimista en "Parklife" es ahora sombrío y hasta ominoso; los fantasmas del infierno iraquí, la paranoia originada en los atentados de Londres de 2005, la amenaza de una catástrofe debida al recalentamiento del clima global, el bajón tras el high de los '90s, impregnan de oscuridad las letras y la música. Esto no tiene nada de malo; después de todo, es el signo de estos tiempos. Lo que sí plantea un problema es el carácter monocorde de "The Good The Bad and The Queen", que termina jugándole en contra a la riqueza individual de sus canciones: un crítico lo definió como un álbum "sepia", y ésa es la sensación que efectivamente deja al escucharlo de corrido.
Para destacar: la hipnótica apertura con "History song", el paradójico aire de los años '50 de "'80s life", la melancólica "Herculean", el sugerente clima de "Behind the Sun", pero en especial dos canciones. La primera es "Nature Springs", la pista más lograda del disco, tanto en lo letrístico (el cambio climático visto como una guerra que estamos perdiendo, la analogía con la tripulación de un submarino) como en lo musical, con sus ecos, sus efectos de sonido, sus fantasmales guitarras, su bajo que pega en el pecho, sus síncopas de batería y su indeciso aire entre folk, dub y trip-hop. La otra es "Green fields", una inspirada historia con ecos de Lennon y Syd Barrett: esta canción, con otra letra y otro nombre ("Last song"), apareció en un disco de Marianne Faithfull en 2004, y el comienzo de esta versión cuenta ese hecho ("escribí esta canción / años atrás / tarde en la noche / en algún lugar en Goldhawk Road / nunca estuve seguro / cómo o por qué / antes de la guerra") antes de pasar a un final onírico y kafkiano ("Vimos los campos verdes / volverse piedra / tantas casas solitarias / todo era el sueño de un hombre malo / Él no está despierto / es un sueño / Oh, nunca nos encontraremos / es sólo un sueño / oh sueño").

DISCO BRAILLE - AGOSTO 2007

Agosto vino con más discos que comentar, y por ahora arrancamos con "Civilización", el nuevo álbum de Los Piojos. Prometemos más en breve...

CIVILIZACIÓN
Los Piojos - DBN 2007
Desde todo punto de vista, el mejor disco de la banda desde el imbatible "Tercer arco". Ya sea desde la ingeniosa tapa, un simulacro de goma de mundo - teta, y que demuestra cómo la industria musical podría vender cara su derrota ante las descargas ilegales por Internet y las grabadoras de CDs (¿y si tan sólo le pusieran un poquito de onda e inteligencia al desafío, muchachos?). Ya sea desde el concepto, donde "Civilización" es ese sucedáneo artificioso de la realidad (la cubierta - teta) que lleva a Andrés Ciro a advertir que "Dios perdona / el hombre a veces / la Naturaleza nunca", o que "la Tierra se está quitando de encima al peor enemigo" (en el agradable reggae que da título a la obra). Ya sea desde lo musical, donde Los Piojos demuestran (una vez más) que se puede ir mucho más lejos del recocido del viejo guiso Stone sin perder ni autenticidad ni visceralidad.
Para ejemplo de esto, los toques electrofunk de "Manjar" (con una letra cargada de frenesí erótico -gastronómico) o las prótesis electrónicas que convierten a "Un buen día" en un rockito cyborg. O, en otro registro, la ganchera "Pollo viejo", pidiéndole prestado al tango símbolos y sonidos para pintar simpáticamente el presente de un rockero que ya pasó los cuarenta.
También hay temas piojosos más tradicionales, como las vitales "Hoy es hoy" o "Cruces y flores", la reflexiva "Bicho de ciudad" o el buen corte de difusión ("Pacífico"), además de un retrato de los días pasados en Alemania en ocasión del Mundial 2006 ("Unbekannt", o "desconocido"), el aire rioplatense de "Basta de penas", delicadas baladas como la dolida "Difícil", la desesperanzada "Salitral" ("cuando las puertas no se abren jamás / cuando el atajo siempre puede más / vamos bebiendo de un salitral") y un gran cierre con la bella "Buenos días Palomar". Y vayan apuntando a "Civilización" entre los candidatos a disco del año.

DISCO BRAILLE - JULIO 2007

Revisión de algunos de los discos que estuvimos escuchando últimamente: por el lado de los nuevos, "Favourite worst nightmare" de los inglesitos Arctic Monkeys y "Funeral" y "Neon Bible" de los canadienses Arcade Fire (atención con esta gente, muchachos...). Por el lado de los próceres, "La marca de Caín" de Skay Beilinson y "Modern times" de Bob Dylan.

FAVOURITE WORST NIGHTMARE
Arctic Monkeys- Domino Records 2007
Los niños mimados de la prensa rockera británica se despachan con otro buen disco de ese pop rock guitarrero que la gente de las Islas sabe hacer mejor que nadie. Los temas adrenalinícos siguen sucediéndose (escuchar el frenético compás ternario del comienzo de "If you were there, beware") ; las dos guitarras siguen sacándose chispas (muy lucidamente en "Teddy Picker"); la ironía de las letras ya no sólo hace blanco en temáticas posadolescentes (el flirteo con la novia de otro en "The bad thing", las rupturas de noviazgos en "Do me a favour") sino también en los descerebrados carne de Gran Hermano (la citada "Teddy Picker") o los que siempre buscan estar un paso adelante de todo el mundo ("Brianstorm"). Hay también algunos buenos respiros, una balada onda años '50 como "Only ones who know", la compasiva "Fluorescent adolescent", sobre una cuarentona que añora sus mejores épocas, el comienzo de la bella "505", antes de un estallido energético que es de lo mejor del disco.
Para desgracia de los Monos Árticos, les toca en suerte ser contemporáneos de los irresistibles Franz Ferdinand. Si bien líricamente están unos pasos adelante, en la comparación suenan algo monótonos, unidimensionales, carentes del tremendo repertorio de ganchos del que hacen gala los escoceses. Son lo suficientemente jóvenes y talentosos como para mantenerles abierto el crédito.

FUNERAL
Arcade Fire - Merge Records 2004
NEON BIBLE
Arcade Fire - Merge Records 2007
Los grandes candidatos a la revelación del año no vienen de Gran Bretaña sino, sorprendentemente, de Canadá, y más precisamente de Montreal, una ciudad que nunca se destacó por sus credenciales rockeras (¿la herencia cultural francesa?). Sus dos líderes son una pareja; él, Win Butler, texano; ella, Régine Chassagne, hija de haitianos. Para sumar notas poco habituales, Arcade Fire es un septeto sin roles instrumentales fijos, algunos de sus temas son bilingües (hay versos en francés, además de en el predominante inglés) y su menú sonoro va bastante más lejos del estándar rockero de guitarra, bajo y batería: acordeones, mandolinas, cornos franceses, violines, cellos, viejos Moogs, xilofones, ukeleles, arpas, hasta órganos de iglesia... Sus dos discos hasta el presente son obras conceptuales (sobre la muerte en "Funeral", sobre los apocalipsis globales y personales en "Neon Bible"). La voz de enajenado de Butler ha sido comparada con las de Nick Cave, Ian McCulloch y David Byrne, y la banda tiene fans del calibre de Bono, David Bowie y Chris Martin. ¡Decididamente, este grupo merece una escuchada!
"Funeral" debe su título e hilo temático a la racha de nueve muertes de parientes que los miembros del grupo sufrieron antes y durante la grabación (!). Esto no debe hacer pensar que las canciones rebosen de tristeza mortuoria: de hecho, "Wake up" es gran candidata a mejor himno de estadios de la década (¡ese liberador estribillo a la Woodstock!), la dinámica "Rebellion (lies)" fue un hit menor, la angustiosa súplica de perdón de "Crown of love" se resuelve de modo más bien frenético, y no hay nada de bajoneante en muy buenas y melancólicas canciones pop como "Neighborhood # 1 (Tunnels)", "Neighborhood # 2 (Laika)", "Une année sans lumière", "Neighborhood # 3 (Power out)", "Neighborhood # 4 (7 Kettles)" o la dolida "Haiti" (sólo "In the backseat" es más bien tristona). Como disco debut, es difícil concebir algo mejor, más ambicioso y más original por estos días.
"Neon Bible", por su parte, tiene un sonido acorde a su temática: fue grabado en el interior de una iglesia, a la que hubo que refaccionar porque estaba en ruinas... El tema homónimo marca el tono: "si la Biblia de neón está en lo cierto / no hay muchas posibilidades de sobrevivir". La intensa "Black mirror" abre el álbum advirtiendo que "un [nuevo] tiempo se acerca", antes de rogarle al espejo negro del título que le muestre "dónde caerán sus bombas". "(Antichrist television blues)" tiene un aire a parábola dylaniana, con un pobre diablo que ruega a Dios que su hija sea estrella de TV para poder salir de perdedor. La letra de "Keep the car running" es una pesadillesca mezcla de "El Proceso" de Kafka con "1984" de Orwell. "Ocean of noise", cuyo tema es la crisis de una pareja, es casi una página de The Bad Seeds. "No cars go" recuerda a "Even better than the real thing" de U2, y cierra el disco por todo lo alto la sobresaliente y torturada / esperanzada canción de amor "My body is a cage". El resto de las canciones acompaña muy dignamente, sin brillar.
Aún sin alcanzar la cumbre que sigue siendo "Funeral", el resultado es muy bueno, y deja con ganas de esperar el tercer trabajo de una banda que está para las ligas mayores.

LA MARCA DE CAÍN
Skay Beilinson & Los Seguidores de la Diosa Kali - Urbe Orbe - 2007
Buenas canciones, arreglos que rezuman buen gusto y el plus de una guitarra inconfundible (muy bien apoyada por la de Oscar Reyna): en el tercer disco solista de Skay Beilinson no hay sorpresas ni puntos flacos.
Como hacen prever el aire apocalíptico de la tapa de Rocambole y las citas a Caín, el primer homicida, y Kali, la diosa hindú de la destrucción, "La Marca de Caín" es una obra oscura. Sus personajes son malditos como en "Ángeles caídos" ("el pibe que fuiste dejó de jugar", "sos una sombra que acecha en la ciudad") o parias como en "La doble marca" ("tenés la llaga / no cicatriza / tenés la marca de Caín"). Hay un blues - canción de cuna, pero dedicado a un niño... robot ("Canción de cuna") e historias fantasmagóricas como las de "El fantasma del quinto piso" y "Meroe y los sortilegios".
La sangrienta Kali, para el tantra, representa la imposibilidad de escindir la vida y la muerte y la necesidad de enfrentar que una no puede existir sin la otra. El vivir es el tema de "Los caminos del viento" ("somos esas nubes que viajando con el viento / vamos descubriendo su destino"); la mortalidad, el de "El viaje de las partículas" ("quedará para siempre / tu mirada en mis ojos / aunque un día la tierra deje de girar"). En este mundo - catástrofe hay una vía y un remanso, parece decir Skay, y es el amor, tema de esa bella canción influida por la música y la poesía orientales que es "Arcano XIV".

MODERN TIMES
Bob Dylan - Sony / BMG - 2006
A sus sesenta y cinco años, Bob Dylan edita uno de los grandes discos de su impresionante carrera. No voy a caer en la exageración de parangonarlo a "Highway 61 revisited" o "Bringing it all back home" o "Blood on the tracks" (muy pocos discos en la historia del rock resisten semejante comparación) pero lo cierto es que hay momentos de "Modern times" en los que uno siente en cuerpo y alma que está en presencia de una gran obra de un gran artista. Por caso, la épica balada final, "Ain't talking", en la línea de clásicos dylanianos como "Sad eyed lady of the lowlands" o "Desolation row", una larga y atrapante parábola sin moraleja, cargada de enigmático misticismo y recitada por Dylan con voz de fantasma. Por caso, ese terrible verso de "Spirit on the water", una bella balada amorosa, que reza "you burned your way into my heart" (al que no puedo traducir mejor que como "te abriste un camino de llamas hasta mi corazón").
También hay brillantes y juguetones rockitos ablusados como "Thunder on the mountain", "Rollin' and tumblin'" y "Someday baby", una balada de cuerdas con solo de bajo como "When the deal goes down" que el viejo Bob pareciera haber pedido prestada a Bing Crosby, un rockito country como "The levee's gonna break", más baladas como "Workingman's blues # 2", "Beyond the horizon", "Nettie Moore". Y pensar que los Who cantaban eso de que "espero morir antes de llegar a viejo".

DISCO BRAILLE - MAYO 2007

Revisión de algunos de los discos que estuvimos escuchando últimamente: "Stadium Arcadium" de los Red Hot Chili Peppers, "Basta" de Las Pelotas y "Kill Gil" de Charly Garcia. Si gusta, es su casa...

STADIUM ARCADIUM
Red Hot Chili Peppers - Warner - 2006.
Si en su juventud hicieron una épica del descontrol ("Bloodsugarsexmagik"), en su madurez, los Peppers se dedicaron a componer canciones pop ("Californication", "By the way", ahora "Stadium."). ¡Pero qué canciones! "Stadium Arcadium" es un milagro: un disco doble en el que casi no hay temas de relleno; podría tranquilamente ser un "Grandes Éxitos". Los dos discos, "Jupiter" y "Mars", están a la altura de lo mejor de la banda, y ostentan melodías límpidas y ejecuciones perfectas, empezando por ese enorme guitarrista que es John Frusciante y siguiendo por el cantante Anthony Kiedis, el dotado bajista Flea y el baterista Chad Smith. OK, las letras no son gran cosa, pero eso es un problema para los angloparlantes...
Para destacar,  el hit "Dani California" y "She's only 18" (mis preferidas) además de temazos como "Snow (hey oh)", "Charlie", la balada onda "Scar tissue" que da nombre a la obra, la tierna "Hard to concentrate", "She looks to me", Readymade",  la potente y rapeada "Storm in a teacup",  "Turn it again". Clásico instantáneo.

BASTA
Las Pelotas - DBN - 2007.
Otro disco de la madurez de una banda y otro excelente disco de canciones (al fin y al cabo, es la senda de apenas "Abbey Road" y"All that you can't leave behind"). Buenas canciones, buenas letras, buenas melodías bien tocadas y ese retorcimiento imprescindible para que el pop pueda ser llamado rock aún en esta era pos-MTV, pos-todo.
Canciones como la potente "Basta", la balada hitera "Como un buey", "Siento luego existo", "Dicen que la distancia", Partidos", "Matrimaricomio" o "Revolución" hacen a una muy buena continuación de "Esperando el milagro" (el CD que en 2003 marcó el demoradísimo y merecido ascenso de la banda a la primera división del rock argentino) y afirman a Las Pelotas entre lo mejorcito de la escena local.
Bien por Daffunchio, Sokol y compañía, y a ver si a otros ex Sumo, los Divididos, se les da por la sana competencia y se deciden a sacar por fin un disco de canciones nuevas....

KILL GIL
Charly García - 2007.
"Kill Gil" es el ¿disco? ¿nuevo? de Charly García. "¿Disco?" porque, para serlo, vos tendrías que copiarlo a un CD: por problemas con la compañía grabadora apareció, a las escondidas, en un sitio de Internet. "¿Nuevo?" porque, de sus trece temas, hay dos covers, tres canciones que García ya ha grabado antes para otros de sus discos, y "Corazón de hormigón" fue compuesto hacia 1960 (!).
Producido por el legendario Andrew Oldham (quien pone su voz al servicio del cover de "Play with fire" de los Rolling Stones) "Kill Gil" es, como todas las obras de García desde "Say no more" (1996) rico e insatisfactorio: una apabullante abundancia de ideas musicales está al servicio de canciones que no siempre están a su altura.
Dos de los temas mejor logrados son proclamas desafiantes que un Kurtz del Rock & Roll Way of Life entona con voz gastada: el cover de "Mirando las ruedas" de John Lennon y el autocover de "Transformación" (en una versión con una base percusiva similar a la de "Sympathy for the devil" y que resulta ser muy superior a la original, aparecida en "Serú '92"). El sonido es denso: capas y capas de sonido que terminan por darle un aire opresivo hasta a un temita del Club del Clan (¡canta Palito Ortega!) como "Corazón.". La claustrofóbica obertura "No importa" ("el mundo es un patio de prisión / ¿adónde querés ir?") y "Break it up" y su comienzo zeppeliniano ("¡no intenten esto en sus casas!") son otros muy buenos momentos de un ¿disco? desparejo, un nuevo episodio en la saga de un artista cuyo ocaso todavia suele iluminar con fuerza de mediodías.

DISCO BRAILLE - FEBRERO 2007

Cine Braille ya le ha dedicado unas cuantas líneas a La Pesada del Rock and Roll y a las placas solistas de sus integrantes, pero nos estaban faltando nada menos que las dos de Claudio Gabis, el guitarrista de Manal. Pagamos la deuda en este momento. Hasta la vista, baby...

CLAUDIO GABIS Y LA PESADA
Claudio Gabis y La Pesada - Microfón 1972 (reeditado en CD por Sony)
CLAUDIO GABIS
Claudio Gabis - Talent 1974 reeditado en CD por Sony)
En 1972 Claudio Gabis ingresó al universo de ese caos minuciosamente organizado que era La Pesada del Rock and Roll. Además de participar en la grabación de los discos de la banda y de los artistas apadrinados por ella (por caso Sui Generis o Raúl Porchetto) el ex Manal se dio el gusto de grabar un par de muy buenos y personales discos solistas, donde demostró sus dotes de compositor y guitarrista.
En el primero y mejor de ellos ("Claudio Gabis y La Pesada", de 1972) lo acompañan los Pesados habituales de la época: Alejandro Medina (otro ex Manal, en bajo y voz), Kubero Díaz (guitarra y voz), Jorge Pinchevsky (violín), Isa Portugheis (batería) y Billy Bond (voz y productor), además de Jimmy Márquez en batería. Si en lo musical es asimilable a los otros trabajos de la gente de La Pesada por su exploración de la psicodelia y el blues, en lo letrístico se destaca por una imaginería próxima a la literatura fantástica (Lord Dunsany, Lovecraft, Algernon Blackwood).
Como queda claro para el que escuche el tranquilo y poco memorable blues hablado "Si hubiera sabido", Gabis no es un buen cantante; es por eso que la mayoría de sus temas tienen a otros por intérpretes vocales, un hecho curioso para un disco solista. Así, en el poderoso huracán rockero con que abre el disco, "La fiebre de la ruta", canta el Bondo. El excelente blues "Más allá del Valle del Tiempo" es cantado por Kubero y Medina, y su letra muy Lovecraft es engalanada por bellas imágenes como "cuando las tardes se duermen sangrando / bajo la tierra marrón" o "cuando la noche se hace trizas en mil ojos de luz". "Blues del terror azul" es un psicoblues terrorífico, con unos brillantes Medina en voz y Gabis en guitarra con wah-wah, y una letra que pinta el crudo panorama represivo de la época. Siguen otro gran tema, "Boogie de Claudio", cantado aceptablemente por Gabis ("Yo quiero un abrelatas / y un destornillador / yo quiero un hombre muerto / y un taladro del mejor / Yo quiero abrirme los sesos / no aguanto más esta estúpida prisión / Te llenan la cabeza de verdades que no son / teorías y mentiras que hasta hoy nadie probó / Yo quiero abrirme los sesos / no aguanto más esta estúpida prisión") y un colgado instrumental psicodélico, "El viaje de Lord Dunsany", con un loco trío de guitarra, bajo y violín.
La formación de la banda para el segundo disco es ligeramente diferente: también están Bond, Medina y Pinchevsky, pero aparecen el futuro bajofondista Emilio Kauderer en piano eléctrico, Charly García en órgano, David Lebón en voz y Juan Rodríguez y Black Amaya en batería.
El disco arranca con dos temas que expresan el hartazgo de vivir bajo un asfixiante clima represivo. El primero es un rockito con piano y la voz de Lebón, "Esto se acaba aquí" ("Estoy harto de mesías, generales y doctores / de políticos sin alma / negociados y traidores / De hipodérmicas, pastillas y otras intoxicaciones / de Pentágonos, hexágonos y de francotiradores"), al que le sigue uno de esos blues psicodélicos reventados que La Pesada hizo mejor que nadie en este país, "Blues de la tierra supernova", con grandes guitarras y la enésima increíble interpretación vocal de Alejandro Medina. El lado A (recuerden que originalmente salió en vinilo, muchachos...) cierra con dos temas acústicos instrumentales, "Danza del mago" y "Tema de Sonia". El lado B abre con otro blues cantado por Medina, con Kauderer en órgano y con una linda armónica, "Bajando a Buenos Aires". Sigue otro blues terrible, "Blues de un domingo lluvioso", donde canta Lebón, donde toca Charly y, para variar, hay un gran trabajo de guitarras por parte de Gabis. El disco termina con un instrumental de armónica, el poco memorable "El amor tiene cara de oso", y otro buen rockito, "Me voy lejos de la ciudad", cantado por Medina.
[Nota del 14-05-09: el propio Claudio Gabis, vía correo electrónico, nos pasa un par de datos más. Diece que la letra de "Blues de la Tierra Supernova" surgió de contemplar las matanzas de la Guerra de Iom Kippur de octubre de 1973, que quien toca el órgano en "Bajando a Buenos Aires" no era Charly García sino Emilio Kauderer - ya lo corregimos - y que en "Me voy lejos de la ciudad" participan Charly y Nito Mestre haciendo coros. Gracias por la data, maestro].

DISCO BRAILLE - DICIEMBRE 2006

Estas últimas semanas pude bajarme por Internet algunos discos no reeditados en CD, merced a la invalorable iniciativa de la gente del recientemente (desgraciadamente) desaparecido sitio Incunables Posludios. Hoy le toca al primer disco solista de Alejandro Medina.

ALEJANDRO MEDINA
Alejandro Medina - Music Hall - 1974 (no reeditado en CD)
Otro de los trabajos de los solistas de La Pesada, no reeditado en CD pero que pudimos conocer gracias al (recientemente) desaparecido sitio Incunables Posludios. El ex Manal y Aeroblus Medina, dotado bajista y poderoso cantante, se luce con un muy buen disco del blues más reventado, al que sólo puede criticársele que se haga algo monocorde por la falta de algún tema más con un tempo más urgente, al estilo de la primera parte del inaugural "Yo sé que a veces pierdo la cabeza" . Siguen una muy buena canción como "Ven a mí, linda nena" (un polentoso R&B tracción a sangre) y el descomunal blues podrido "Un estado natural" ("tratan de reprimir la libertad con leyes viejas / y hacen de cuenta que no ven los signos del desastre universal / la tierra se va a abrir y va a tragar a todos ésos / quedarán solamente los que vivan en un estado natural"). Hay además un par de baladas acústicas ablusadas como "Tiempo de reflexión" y "Algo muy profundo" y un tema de guitarras distorsionadas y feedback que deja con la boca abierta, como es "Blues en mi menor para cantar al amanecer". Con la acostumbrada producción de Billy Bond, acompañan a Medina excelentes músicos como Claudio Gabis y Kubero Díaz (guitarras), Jorge Pinchevsky (violín) e Isa Portugheis, Juan Rodríguez, Pomo y el Zurdo Roiztner (batería).

DISCO BRAILLE - NOVIEMBRE 2006

Estas últimas semanas pude bajarme por Internet algunos discos no reeditados en CD, merced a la invalorable iniciativa de la gente de Incunables Posludios. He aquí una revisión de tres de ellos: "Kubero Díaz & La Pesada del Rock and Roll", "La Biblia" (Ensamble Musical Buenos Aires) y "Siempre estaré" (David Lebón). En próximas semanas incluiremos más.

KUBERO DÍAZ & LA PESADA
Kubero Díaz & La Pesada - Music Hall 1973 (no reeditado en CD en Argentina, sí en Brasil)
He aquí una de las joyas ocultas del rock argentino de comienzos de los años '70. Para los que crean que exagero, recomiendo una recorrida por Internet: la mayoría de los sitios que hablan de Kubero Díaz y su disco solista... están en inglés (a propósito, si sos uno de los escasos locos que compró el LP, deberías saber que en Europa se lo paga a precio de oro).
Kubero (también Abuelo de la Nada hacia 1986-87 y actual guitarrista de la banda de León Gieco) contó para grabar este disco con la gente de La Pesada. También participa Miguel Cantilo, cantando dos temas compuestos junto con Kubero ("Una manera de llegar" y "Algo está por suceder") cuando ambos compartieron una larga temporada entre los hippies de El Bolsón, y que Cantilo grabara para su disco con el Grupo Sur que, por efecto de la censura vernácula, saldría dos años después...
El disco valdría la pena aún si sólo se prestara atención al excelente arte de cubierta (imagen) o al brillante trabajo de las guitarras del propio Kubero y de Claudio Gabis, características que se remontan a los tiempos de Díaz en la legendaria agrupación platense La Cofradía de la Flor Solar. Abundan esos cambios de ritmo tan zeppelinianos que alternan la furia rockera con cuelgues psicodélicos, donde suele sobresalir el desempeño del delirante violinista Jorge Pinchevsky.
Pero también están los temas. Para destacar: la intensidad de "Todo es rock" y "Polvo he de sacudir"; la bella canción de amor acústica "Una manera de llegar"; la maravillosa "Algo está por suceder", el mejor tema del disco ("y los hombres han abierto sobre el cuerpo de la Tierra / cicatrices de países y ciudades de metal / procesiones de rodillas, caravanas de ambición / batallones de conquistas, autopistas hacia el sol") y la suave balada acústica casi spinettiana "Creciendo en espiral" ("viene muy pesada la mano civilización / es esa máquina feroz / que te destroza la razón / la bestia que avanza para destruir"). La edición original en LP cerraba con el instrumental "Colgado de las nubes", pero el CD editado en Brasil por Kubero (vivió allí muchos años) incluye además tres temas de la época de La Cofradía de la Flor Solar, con superlativos trabajos de guitarras: "Se ama o no se ama", "Nos encontraremos en alguna parte" y "La pálida ciudad" (primer tema del segundo disco de La Pesada).

LA BIBLIA
Ensamble Musical Buenos Aires - Music Hall 1974 (no reeditado en CD)
Tras una larga serie de trabajos exitosos alrededor de La Pesada del Rock & Roll (tanto en lo comercial como en lo artístico) Jorge Álvarez y Billy Bond decidieron probar suerte a nivel internacional con una nueva versión de la obra que ellos consideraban que mejor se adaptaba al proyecto: el disco conceptual "La Biblia" de Vox Dei (1971). El hecho de que los creadores no sólo no intervinieran sino que ni siquiera hubieran sido consultados al respecto es una primera nota de preocupación.
El Ensamble Musical Buenos Aires se constituyó con los músicos de La Pesada y sus invitados habituales (el propio Bond, Alejandro Medina, Claudio Gabis, Kubero Díaz, David Lebón, los Sui Generis - incluyendo su base rítmica) además de buena parte del rock argentino de esos tiempos (los Espíritu, Oscar Moro, Carlos Cutaia, Miguel Cantilo, Raúl Porchetto) y de una orquesta, dirigida por Pedro Ignacio Calderón a partir de arreglos de Gustavo Beytelman.
El resultado, más allá de unos cuantos buenos momentos debidos a los impecables músicos elegidos, raramente supera el original. Los arreglos orquestales y las intervenciones de la banda rockera no están bien integrados, y recaen en la pomposidad que siempre acecha a estos intentos (una razón más para apreciar la versión original). Interesante como documento, pero poco más.

SIEMPRE ESTARÉ
David Lebón - SG Discos 1983 (no reeditado en CD).
Cuarto disco solista de Lebón y segundo desde la separación de Serú Girán, "Siempre estaré" es uno de sus álbumes más parejos. Si no es el mejor es tanto por la escasez de grandes picos como por un sonido algo pasteurizado, muy FM, con gran peso de los teclados de Diego Rapoport y guitarras contenidas... al menos hasta el momento de los solos.
Decía que "Siempre estaré" no abundaba en cumbres: tal vez, en una hipotética recopilación de las mejores canciones de 1983 (o de las del propio Lebón) sólo estaría "Rock de los chicos malos" (inspirada tomadura de pelo a los más violentos fans del heavy metal). Pero todos los temas, desde los muy buenos (como el contenido "Bonzo") hasta las baladas facilongas (como "Quiero regalarte mi amor") tienen algo de esa magia que lo hiciera el compinche perfecto para nada menos que Pappo, Spinetta o Charly García: ya sea la perfección de las voces, la delicadeza melódica o las pruebas de que, como guitarrista, Lebón no es menos que nadie.

DISCO BRAILLE - NOVIEMBRE 2006

HIGHWAY TO HELL
AC/DC - Sony Music 1979
¿Qué tienen en común Emerson Lake & Palmer y The Stooges, Coldplay y Mötörhead, Chuck Berry y Keane, Garbage y Rod Stewart, Miranda! y León Gieco? Bueno, que se supone que todos ellos hacen (o hacían) rock. La definición de qué se debe entender por "rock" es tan plástica que, a esta altura del siglo XXI...
La conclusión obvia sería que "rock" no quiere decir nada. Bueno, no es así. Poné "Highway to Hell" y esperá a que comience a sonar la guitarra por el parlante izquierdo, a que se vayan agregando la batería, la voz de Bon Scott y luego el bajo y la segunda guitarra, y que te encuentres escuchando eso de que estás "en una autopista hacia el infierno". Eso es rock, y no hay más vueltas, ruidoso y tonto y primitivo y todo lo que quieras. Pero mientras esté sonando no querés que termine nunca y no te importa ninguna otra cosa ¡voto a Angus Young!
Lo digo de otra manera: estás haciendo un asado o unas pizzas en tu casa, se abrieron las primeras cervezas, hay chicos y chicas, y querés que suene algo de fondo para mantener el clima up. En un teórico ranking de músicas ideales para ese momento, "Highway to Hell" es huésped inamovible del Top Ten, tal vez con "Some girls" de los Rolling Stones, "Made in Japan" de Deep Purple, tres o cuatro de los discos de Los Redonditos de Ricota y cualquiera de los Ramones.
El disco no decae nunca, aunque es difícil no destacar especialmente a la canción que da nombre a la placa, a "Girls got rhythm", al satánico blues final "Night prowler" y a la gloriosa "Shot down in flames", con esa memorable introducción de guitarra, apoyada de forma no menos inspirada por el bajo y la batería, para armar un riff que, claro, no se debiera terminar nunca.

SUPERVIELLE
Luciano Supervielle - Surco / Universal 2004
Por tanto electrotango ladri que se subió al carro de la victoria de Bajofondo Tango Club (2002) vaya por fin una obra genuina, producida por los artífices de BFTC: el dúo rioplatense del uruguayo Juan Campodónico y el argentino Gustavo Santaolalla (Oscar 2006 a la Mejor Música Original de Filme por "Brokeback Mountain").
"Supervielle" comienza con una breve evocación de "No quiero otro", de Piazzolla y Ferrer, quizás para colocar el disco bajo la advocación del más osado y vanguardista de los músicos del tango. Y allá va. Porque si por momentos Supervielle pisa terreno seguro reversionando temas que ya formaban parte de "Bajofondo..." ("Perfume", "Ese cielo azul", "Forma") en muchos otros se interna felizmente en caminos inexplorados. En "Mateo y Cabrera", además de homenajear desde el título a dos figuras capitales de la música popular uruguaya, se le atreve al candombe; en "Miles de pasajeros", a un hip-hop que le debe tanto al Bronx como a Barracas o Maroñas; y en un tema de Daniel Melingo, "Leonel el feo", a la milonga.
Las demás pistas no suenan tan innovadoras para quien conoce "Bajofondo..." pero no por ello son menos disfrutables. El violinista Javier Casalla y el contrabajista (y ocasional bajista) Gabriel Casacuberta dejan su impronta en cada intervención, lo mismo que invitados como el propio Melingo o los raperos de Contra las Cuerdas. Si "Dècollage" se destaca por su potencia canyengue y "Fandango" por su sensibilidad pop, "332" lo hace por su toque funky, "3000 Ans" por su abrazo al trip-hop onda Massive Attack, y hasta hay lugar para los climas ambient de las breves "Air Concret" y "Tangodrome".
Hay unos cuantos buenos momentos de coqueteo con el costado más melancólico del tango, como en "Centrojá", una evocación de glorias futboleras uruguayas que no se priva de incluir el inimitable relato de Víctor Hugo Morales del gol de Waldemar Victorino a Brasil en la final del Mundialito de 1981, que termina con un "quedate tranquilo Obdulio" muy poco profético, vistos los últimos 20-25 años de fútbol oriental. Lo mismo sucede con "Pulso (100 mares)", que incluye la bella voz de Ana Lee y el scratching de DJ Caso, además de los tan mentados Casacuberta y Casalla.
El CD contiene también un breve video sobre la grabación de "Forma", para ver en tu PC amiga.

DISCO BRAILLE - JULIO 2006

Una revisión de los discos comprados en estas últimas semanas: el nuevo de Gustavo Cerati y el de Bajofondo Tango Club. Aventurarse a su lectura corre por su cuenta y riesgo...

AHÍ VAMOS
Gustavo Cerati - Sony / BMG 2006
Gustavo Cerati venía de un disco, "Siempre es hoy" (2002) algo largo y errático, que en su momento me pareció bueno (hoy también) pero del que apenas se recuerda alguna canción: para alguien que es el autor de decenas de temas que integran la memoria colectiva de un par de generaciones de iberoamericanos, resulta por demás extraño. "Ahí vamos" levanta la puntería con unas cuantas composiciones que reclaman su lugar entre lo mejor que Cerati haya escrito nunca.
El ex Soda Stereo recurrió a viejos compañeros de ruta para volver a recorrer caminos más rockeros que los precedentes: el coproductor es el ex tecladista invitado de la banda, Tweety González, y en algunas canciones aportan lo suyo dos ex Fricción, Fernando Samalea (batería, percusión, bandoneón) y Richard Coleman (guitarras y coautoría de algunas letras). Las fotos del librito interno (Cerati enchufando cables, Cerati en pose de héroe de la guitarra) señalan en la misma dirección.
De hecho, los mejores temas del disco son aquellos de tempos rockeros más urgentes: hay un gran arranque con "Al fin sucede", "La excepción" ("que durar sea mejor que arder, mejor que arder") y la brillante "Uno entre mil", donde el insinuante bajo de Fernando Nalé, la batería del ex Pappo "Bolsa" González y las guitarras de Cerati y Coleman se lucen en un tema cuya furia contenida le da un cariz levemente siniestro a una letra inquietante.
La fiebre decae un poco luego, con unos cuantos midtempos. La bella "Adiós" (la autoría de cuya letra es compartida entre Cerati y su hijo Benito) y "Dios nos libre" son ejemplos de esa elegancia a veces distante que es la marca de fábrica de sus letras: imágenes elusivas y sugerentes que abordan oblicuamente el dolor de la pérdida del amor (en una) o el erotismo (en la otra). En el final, "Otra piel" y "Médium" (con Samalea y Coleman) evocan a esas emotivas canciones de U2 tan aptas para cerrar un recital, "Bomba de tiempo" tiene un agradable aire a ska (remarcable el gordo y cadencioso bajo de Nalé), "Crimen" es una balada perfecta de piano y cuerdas, y "Jugo de luna" es un rock tranquilo que logra un buen cierre.
En suma, un buen regreso. Digo más: visto el estado actual del rock argentino, un regreso necesario. Gustavo, te estábamos esperando no sabés con cuántas ganas...

BAJOFONDO TANGO CLUB
Surco / Vibra / Universal 2002
¡Ah, qué hubiera sido de los musicalizadores modernosos sin este disco durante todos estos años! Bajofondo Tango Club fue un ensamble de músicos argentinos y uruguayos que, en 2002, avanzó en la integración de motivos y sonoridades tangueras en la música electrónica. En la senda del intento precursor de Gotán Project, el experimento de Gustavo Santaolalla, el ex Peyote Asesino Juan Campodónico, Juan Blas Caballero, el ex Plátano Macho Luciano Supervielle y otros músicos tuvo sus más y sus menos y hasta algún traspié, pero valió la pena.
Cuando la exploración se abordó por el camino del pulso bailable discotequero ("Los tangueros", "Naranjo en flor") el resultado fue una mera curiosidad musical que, en los peores momentos, degeneró en fuegos de artificio cercanos al tango for export. Los samplings de voces de Adriana Varela o Roberto Goyeneche en "Mi corazón" no aportan mucho y vacilan entre la autoparodia y la pincelada de brocha gorda. Por contraposición, en "Vacío" (de Didi Gutman) y "Avenida de Mayo" (de Diego Vainer) el muy sobrio empleo de elementos tangueros enriquece las texturas electrónicas sin el estorbo de la percepción de esfuerzo alguno por producir una fusión de géneros. Parecen demostrar que BFTC logra más con menos, y tal vez ahí esté la clave: en olvidarse de sí mismo y de sus propósitos y perderse haciendo música.
Los temas con aires melancólicos son los que suenan más relajados, más naturales, como "En mí" / "Soledad" (donde Aníbal Kerpel aporta un hermoso piano), "Maroma" (de Emilio Kauderer), las bellas "Bruma" y "Forma", y especialmente, "Éxodo II", de Caballero, la cumbre del disco, donde se lucen el bandoneón de Fabio Hager y el violín de Javier Casalla. "Perfume", de Supervielle y Jorge Drexler, indaga en la pulsión erótica común al tango y la música electrónica. En "Esperándote", un matiz tanguero sobre una base de drums n' bass, Aníbal Kerpel toca un Mini Moog, lo que le da al tema un aire de rock progresivo de los '70 y lo acerca a anteriores aventuras de otros músicos que venían del rock, como el Spinetta Jade de "Bajo Belgrano", "Hipercandombe" de La Máquina de Hacer Pájaros o "Los sobrevivientes" de Serú Girán.
"El sonido de la milonga", "Duro y parejo", "Ese cielo azul" y "Montserrat" son agradables exploraciones en el aspecto canyengue y compadrito del tango, en especial esta última, que es el tema que abre el CD: el violín de Casalla le da el sabor tanguero justo a una base de drums n' bass que alterna secciones de tempos diferentes.
Los géneros musicales tienen un carácter provisional y en buena medida ficticio, en tanto que son un esfuerzo de abstracción a partir de fenómenos culturales vivos y abiertos al cambio. Búsquedas como las de BFTC, las de Gotán Project, las de Supervielle, tal vez no sean tango... aún. De los artistas de talento, como siempre, depende la cristalización de la posibilidad que abre ese adverbio.

DISCO BRAILLE - ENERO 2006

Últimamente, uno no compra discos tan seguido. Los amigos tampoco. ¡Ésta es la famosa madurez que se supone que uno debe adquirir, señoras y señores! Es por eso que esta sección de comentario de discos (crítica le queda un poco grande) esperó bastante para debutar. En unas pocas semanas me compré tres, y acá siguen algunas observaciones. No, ni las discográficas ni las disquerías nos mandan discos gratis para comentar. Mejor: así no tenemos compromisos con nadie. Éstos son nuestros principios. Y si no les gustan, como decía Groucho Marx, tenemos otros.

YOU COULD HAVE IT SO MUCH BETTER
Franz Ferdinand - Domino / BMG 2005
Dijo alguna vez Elvis Costello, quien fuera periodista de rock, que "escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura". Y de bailar se tratan estas líneas, pero no sobre arquitectura sino gracias a Franz Ferdinand, una banda escocesa que le encontró una interesante vuelta de tuerca al viejo y querido rock: una excelente base casi disco, dos guitarras muy piolas y temas tramposos, escritos e interpretados con sensibilidad pop y energía punk, a los que OK, se les ven las costuras por todos lados... pero son irresistibles. "Franz Ferdinand" (de 2004) tenía tres hits perfectos: "Darts of pleasure", "The dark of the matinee" y "Take me out", así como ocho temas más que no desentonaban y redondeaban un muy buen debut.
"You could have it so much better" arranca por todo lo alto con "The fallen" y "Do you want to" (la joya del disco, ese estallido bailable tras la introducción...). Luego viene la potente y concisa "This boy", y el cuarto tema baja un poco el ritmo pero no el nivel: "Walk away" es una delicia, derrochando buen gusto con una instrumentación que incluye una guitarra acústica y un órgano. "Evil and a heathen" es una incitación al pogo, y "Eleanor put your boots on" es una linda balada con un aire a la época pop de los Rolling Stones en los '60 (la de "Dandelion" o "Ruby Tuesday"). Sólo "I'm your villain" tiene tantas ideas como cuatro o cinco temas juntos de cualquier grupo menos dotado, y el resto del CD acompaña bien, en la mejor tradición de ese pop-rock guitarrero que los británicos hacen mejor que nadie. En suma, excelente carta de presentación para sus shows argentinos de marzo, teloneando a U2.

CLÁSICOS
Miguel Cantilo - Che Discos / EMI 2005
Miguel Cantilo es una figura importante y admirada en el pequeño mundo del rock argentino, básicamente como miembro del dúo Pedro y Pablo con Jorge Durietz (1968-75 y esporádicas reapariciones en los años '80). También integró Punch (1979-83), una banda new wave nacida hacia el final de su exilio español, y que en Argentina fue abominada con tanta pasión como con la que se abrazó su estilo hacia 1983, cuando ya se había disuelto (la historia del rock está llena de malos chistes de este tipo). Su carrera solista, a la fecha, ha sido un continuo peregrinar por los márgenes del showbiz local.
Autor de un montón de canciones de perfecto acabado letrístico y musical, Cantilo decidió probar suerte regrabando catorce de sus clásicos con un seleccionado de amigos invitados. Algunos vienen de la remota era hippie de Pedro y Pablo con La Cofradía de la Flor Solar (Rocambole, autor del diseño de tapa; Kubero Díaz, guitarrista líder de la banda) y otros se han ido sumando con el tiempo (de León Gieco y Rubén Rada a Gustavo Cordera y los Súper Ratones, entre otros). Para destacar de esta producción que hará las delicias de los programadores de La Mega: la politizada (tan 1972) "Padre Francisco" con Ricardo Mollo en voz y guitarra; el rescate de la hermosa y olvidada cuasi milonga "Che ciruja", a cargo de un Andrés Calamaro producido por Javier Limón; "Apremios ilegales", reformateada de modo inigualable por Charly García, con cierre humorístico contrastando con lo duro del tema ("¡no me peguen, soy Giordano!"); "Tiempo de guitarra", una feliz elegía a las cigarras del rock con participación de Moris. Las más flojas: "¿Dónde va la gente cuando llueve?" y "Que sea al sol", con una producción que bordea peligrosamente el muzak. Como cierre del disco, la infaltable "Marcha de la bronca" con todos los invitados, y un video que se puede ver en tu PC amiga.
Para el final, una curiosidad: un sello denominado Che Discos edita un disco que es distribuido por una multinacional inglesa, EMI (la misma a la que los Beatles supervivientes han vuelto a demandar hace poco). ¿Signo de los tiempos o inevitables contradicciones de toda música de vocación testimonial?

NEVER MIND THE BOLLOCKS
Sex Pistols - Virgin 1977
OK, no es ninguna novedad, pero hace años que no lo escuchaba, y me lo compré para Navidad. En términos académicos: una masa. Eso de que no sabían tocar... Sí, Sid Vicious (que no participa del disco) no sabía tocar ni el timbre y estaba en la banda exclusivamente en su papel de ícono maldito, para escandalizar a los burgueses satisfechos, pero el resto sabía hacer rock simple y poderoso. Obviamente no podían tocar rock sinfónico, pero ¿para qué queríamos otro Yes? El rock sinfónico estaba muy bien (sobre todo aquel que hacían las bandas menos ortodoxamente "sinfónicas" del movimiento, digamos Pink Floyd, o acá, el último Sui Generis y La Máquina de Hacer Pájaros) pero en la Inglaterra del tristísimo invierno de 1976 hacía falta que alguien le recordara a todos que el rock nunca fue solamente música, y que había una actitud visceral que se había perdido en shows megalomaníacos y barrocas exhibiciones técnicas con mucho de circense. Y entonces aparecieron las Pistolas Sexuales.
¡Y cómo pegan esas canciones! ¡Y cuánto más auténtico suena el nihilismo de Johnny Rotten que el de la mayoría de sus seguidores! (Por cierto, Rotten había leído y escuchado bastante más de lo que nos hizo creer, empezando por textos de anarquismo y situacionismo). ¡Y qué buenos temas que son "Holidays in the Sun", o "God save the Queen"! ¡Y ni hablar "Anarchy in the UK"!
Los Sex Pistols no podían durar mucho más (se disolvieron en 1978): hubieran estropeado el chiste, hubieran edulcorado el vómito que le propinaron en la cara al showbiz del rock. Cuando se juntaron, allá por los '90s, diciendo que era sólo por el dinero, le dieron una vuelta de tuerca más a su ironía. Esa gira bochornosa era otro llamado a la insurrección, como el del '76. Pero esta vez también era contra ellos y, por extensión, contra toda esa rebeldía punk que había terminado buscando la domesticación más temprano que tarde.
Pero me parece que pocos entendieron la broma. No hubo ninguna insurrección, Kurt Cobain ya no estaba entre nosotros, y el negocio del rock siguió contando la plata, muerto de risa.

Volver al inicio

¿Hay algo que quieras decirnos al respecto de esta página? Clic aquí.